La cosa es que después se me ocurre cambiar de canal y me dicen que mi cuerpo no es un cuerpo danone y entonces he empezado a preocuparme: “¡Oh, por Dios!, ¿Por qué yo no tengo un cuerpo danone?” Aunque lo peor de todo es que antes de apagar el televisor he descubierto que mi preciosa cabellera aún no es un pelo pantene, y en ese momento casi me echo a llorar. Después de darme cuenta de todo lo que NO era, me ha dado por pensar... y pienso: “a ver, si no tengo una sonrisa profident, ni un cuerpo danone ni siquiera un pelo pantene... ¿dónde mierda voy?”
Entonces, más allá de ese primer pensamiento he llegado a la conclusión de que quizás no necesite tener todo eso para ser feliz ¿quién le ha dicho a danone que yo quiero un cuerpo así? ¿o a profident que yo necesito unos dientes blancos y radiantes? Mi abuelo, que no es ningún filósofo pero es bastante sabio me dijo hace tiempo una frase que me llegó bien hondo, me dijo: “Nene, no es más feliz el que todo lo tiene, sino el que menos necesita” y lo más fuerte es que creo que mi abuelo tiene TODA LA RAZON DEL MUNDO.
P.D “Yo lloraba porque no tenía zapatos, entonces me di cuenta de que había gente que no tenía pies; entonces me sentí orgulloso por no poder tener zapatos.”
2 comentarios:
Me encanta esta reflexión y creo que se le puede sacar mucho jugo si se profundiza en ella.
Tamabién me parece un hombre inteligente tu abuelo.De tal palo...
Un saludo
Qué cierta, además, al final todo es cuestión de actitud,jejeje
Mi abuela también era una sabia , su frase era "lo único que no engorda es lo que te dejas en el plato", ¿Cierto o no?jajajaja
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